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Vínculos, tiempo, tranquilidad, vida

  • Foto del escritor: Rebeca Gomez
    Rebeca Gomez
  • 31 jul
  • 3 Min. de lectura
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Esta semana he publicado un video en instagram @rebecagomez_organica hablando de dedicarnos un tiempo en la mañana para salir de la cama sin prisa: desperezándonos, estirando el cuerpo, bostezando, dando un tiempo al cuerpo para acostumbrarse a estar despierto y no pasando del estado dormido-inmóvil al despierto-activo en un segundo.


Ahora pensaba en lo que cuesta en este mundo en el que vivimos dar tiempo y lo a menudo que decimos "no tengo tiempo" "no me da la vida" a la vez que pasamos horas en el móvil viendo reels o mirando notícias que otros publican, fotos de la vida de otros o de la comida de otros. Una media de 4h al día y, de esas, unas 2h en redes sociales.


Pero no tengo tiempo.

El tiempo que pasamos en el móvil nos desconecta. Te desconectas de tu cuerpo cuando por ejemplo ni te das cuenta de que tienes hambre o pis. O de tus pensamientos, o te desconectas incluso del frío o el calor. Pierdes la noción del tiempo y del espacio.


También te desconecta de las emociones: es un anestésico, si estás triste o angustiado habrás notado que estar en el móvil te quita esas sensaciones. También la sensación de aburrimiento o la de soledad. No tengo pruebas, pero tampoco dudas de que la mayoría de las personas usamos el móvil como un anestésico emocional.


Y en algunos momentos eso es funcional, porque me ayuda a calmarme cuando nada más lo hace. Pero tiene el peligro de aislarme y creer que ya no voy a necesitar esa conexión social, esa mirada del otro.

Cuando hablamos, interactuamos con otras personas o animales, nuestro sistema se regula: ¿eso qué quiere decir? Que como seres humanos tenemos un sistema nervioso que regula nuestro estado emocional y que ese sistema depende de la conexión social que tenemos con otras personas o seres vivos. Que esa conexión no puede suceder con un móvil, que la anestesia alivia pero no cura.


No es lo mismo tener un sistema nervioso adormecido que tener un sistema nervioso tranquilo, como no es lo mismo estar tumbado en la playa con un amigo charlando y disfrutando del día que tomarse un diazepam y quedarse tirado en el sofá. Estamos "tranquilos" en ambos escenarios, pues quizás sí, pero en el primero hay nutrición, conexión social y la emocionalidad está presente mientras que en el segundo hay desconexión y anestesia.

En el primer escenario puede haber curiosidad, creatividad, ilusión. En el segundo no hay dolor.


No critico el uso del móvil ni el uso del diazepam, lo que me gustaría decir aquí es que el uso del tiempo para desconectarnos es cada vez mayor. Y eso no es beneficioso a largo plazo. Que nos demos cuenta de que sí que hay tiempo pero que muchas veces lo empleamos en anestesiarnos en lugar de en vivir.


¿Porqué? una explicación bastante razonable es que cuando estoy conectado con mis emociones puedo sentir rabia, tristeza o miedo y eso no nos suele gustar. Cuando estoy delante del scroll infinito no hay nada, ni bueno ni malo, pero no duele.


Es más difícil y menos gratificante a corto plazo hablar, a veces hay conversaciones pendientes que son difíciles. Es más fácil scrollear que sentarme a hablar con mi pareja de las dificultades que tenemos. O con un amigo, o con un familiar.

Las relaciones sanas requieren de conversaciones incómodas, de emociones incómodas. De ver al otro enfadado, triste, llorando. De sentir miedo o ahogo.

Los vínculos requieren de tiempo y de momentos difíciles. Pero el beneficio es infinito, sea para quedarnos o para irnos, pero las relaciones humanas siempre nos aportaran si no nos quedamos en la superficie.

El móvil sólo es superficie, es fácil pero vacío.




 
 
 

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