¡Eh! ¡que suerte! por fin alguien da las claves para convencer al personal que estoy ya hartita de que no me den la razón....
Pero no voy a dar claves para convencer al prójimo, voy a hablar de para qué queremos tener la razón y/o hacer cambiar de opinión al otre.
Como seres sociales nos sentimos más cómodos y seguros en entornos donde compartimos la opinión, es bien sabido que en entornos de rrss, por ejemplo, seguimos e interactuamos con personas que opinan igual que nosotrxs.
¿Qué nos pasa entonces cuando no compartimos la misma visión del mundo con el otrx? Si hablo de algo y quien tengo delante no comparte conmigo lo mismo que opino yo puedo simplemente dejar mi visión ahí y ya está, o puedo empeñarme en que el otrx me dé la razón, cambie de opinión, se ponga de mi parte... eso me puede llevar a hacer un gran esfuerzo, a no escuchar al otre, a poner toda mi atención en contestar a sus argumentos en lugar de escuchar y quizás aprender algo.
Además de que haciendo esto estamos invalidando al otrx: no tienes razón, yo si. Muchas veces incluso con la idea de que estamos haciendo el bien: "tómate esto que te hará bien" "no vayas a trabajar hoy" "haz más ejercicio, ve esta tarde al gimnasio" Buenos consejos que además están cargados de "yo sí sé lo que te conviene" Es mucho más fácil de ver si nos ponemos en el otro lado, ¿cuantas veces nos han intentado convencer de algo y nos hemos dado cuenta de que nos están invalidando?
"No le puedes gustar a todes, no eres una croqueta" Pues eso mismo, no podemos estar de acuerdo con todes porque somos personas diferentes y la variedad de opiniones no limita nuestra capacidad de estar con el otrx.
Pero algo me pasa si no estoy en acuerdo... ¿qué es? Pueden ser varias cosas:
- Dificultad al relacionarme con alguien que no opina como yo (hay un desencuentro)
- Miedo de que el otro se enfade porque opinamos diferente.
- Tristeza de pensar que esa persona se va a alejar de mi
- Inseguridad, porque quizás no estoy segurx de pensar como pienso y necesito que me den permiso para tener esas ideas.
Está bien ensayar el dar nuestra opinión sin esperar que sea aprobada, tener desencuentros con personas cercanas sin tener que convencer.
Al final es algo tan simple y tan difícil como aceptar: aceptar que no hay que entender lo que el otro piensa o siente, sólo escuchar, quizas aprender algo, quizás darme cuenta de algo, o quizás no, sólo aceptar que el otre es un otre y que por tanto tiene diferentes maneras de ver la vida.
Y poner atención a si yo me valido mis opiniones o necesito de un otre que lo haga por mi.